Poeta andaluza en tierras de Olga Orozco

El sábado 26 de mayo de 2018, en la casa del bicentenario de la localidad de Toay, se realizó un recital poético del que participaron Concha García (1956, andaluza de Córdoba, radicada en Barcelona, a la derecha en la foto que acompaña), Dora Battiston (izquierda de la imagen) y Miguel de la Cruz. El encuentro fue organizado por la Asociación Pampeana de Escritores y la Municipalidad de Toay.
La poeta andaluza contó sobre su deslumbramiento por la Patagonia, su nombre y su magia, territorio que empezó a conocer a principios de este siglo a partir de una estadía en Neuquén. Y ahora, luego de una participación en la feria internacional del libro de Buenos Aires, le tocó a La Pampa, atraída por ser la cuna de Olga Orozco, cuya poesía le ha resultado admirable y distinta desde joven (Tampoco se privó Concha García de visitar Telén, Victorica, Leuvucó y el atelier de Ortiz Echagüe en Carro Quemado).
De sus viajes patagónicos subsistieron las lecturas y charlas con los poetas; el paso siguiente fue realizar una selección de autores y la publicación de dos antologías en España, la última de 2015. Según comentó, tales libros llamaron la atención en sendas ferias del libro de Madrid y Barcelona.
La descripción del paisaje, los espacios abiertos, amaneceres y ocasos lentos, coloridos, y su transmutación poética, parecen ser los tópicos que han guiado la selección de poemas patagónicos. En contraste, su propia poesía es de espacio interior, casero, minimalista tal vez. Así lo reveló al leer algunos poemas de su última trilogía: Acontecimiento(2008), El día anterior al momento de quererle(2013) y el reciente Las proximidades (2016). Una selección de sus poemas puede leerse aquí: http://amediavoz.com/garciaConcha.htm
Luego, la reunión poética se completó con la presencia de Dora Battiston y la lectura de poemas de su nuevo libro Relativa sombra,  entre ellos “Thèrese”, que puede leerse en este sitio.
El cierre estuvo a cargo de Miguel de la Cruz quien abrió su carpeta y leyó una prosa y poemas inéditos. Reproducimos uno de ellos, “La cantidad”.

Muchos piden lo que no quieren
pero lo necesitan,
y cada vez más.
La cantidad va borrando las caras.
Hay calles de borrados,
unos que saltan a grandes botes, se les desfondan,
y sus caras son borrosas en la cantidad.
La cantidad les hace perder el miedo al peligro.
Las calles son ríos, las ciudades mares y los campos desiertos.
En todas partes hay batallas.
Nunca se me ocurrió que el muchacho en muletas
parado a la entrada de la Catedral,
pidiera limosnas. Estuve tentado de decírselo y darle.
Sigue siendo un muchacho
aun cuando lo veo desde hace 20 años.
Le ha quedado una inocencia en el cuerpo
que no lo deja envejecer del todo.
Y sonríe. El único que se para así en la Catedral.
Su modo de estar ha hecho que lo ignorara en su necesidad.
Es uno, pero la cantidad vendrá a buscarlo,
una marea desesperada por los números que se suma cada día
vendrá a arrastrarlo y a borrarlo. Y se hará viejo como todos.
(Del libro inédito Pocos habitan el Paraíso)


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