Metrópolis vs. Argentinas

Reseña

Zulma Palermo, “Sobre ‘nacionalismos’ y ‘regionalismos’ o los avatares de las políticas literarias metropolitanas”. UNSa, 1993.

En este trabajo, Zulma Palermo reflexiona, estudia y promueve una resignificación del estudio de la literatura argentina mediante el cambio del paradigma centro / periferia y la adaptación local de canon / literatura regional, o bien -para ponerlo en términos dramáticos y decimonónicos-, de civilización y barbarie.


Centra su atención en la crítica literaria:

"La crítica literaria ha sido, en cada uno de los momentos de su producción, copartícipe directa de la reproducción periférica de un capital cultural que ha generado un tipo de reproducción del sujeto social argentino, que éste, a su vez ha repetido las instancias del discurso hegemónico metropolitano en forma dependiente y con las características del discurso colonizado. Por su parte, el discurso metropolitano ha respondido a las pautas canónicas de los discursos hegemónicos trasatlánticos reproduciendo hacia adentro el mismo modelo sobre las propias regiones interiores".

A través de la concepción sociocrítica y transdisciplinaria propone estudiar la literatura como inscripta en la diversidad (heterogeneidad) de enunciados sociohistóricos de un determinado espacio cultural. De este modo, se incorporarán a la crítica textos no canónicos. Detalla:

El estudio de la oralidad, de documentos y epístolas, diarios de viajeros y textos de evangelización para las etapas iniciales. Las textualidades llamadas marginales: historietas, grafitis, clips, textos icónicos, cine, folletines, etc., para la modernidad.

En un segundo momento, propone revisar los “modelos históricos de la crítica”, también tradicionalmente asimilados al “patrón metropolitano” que ignoró la heterogeneidad productiva de las regiones y que impuso el modelo “regionalista” (palabra de carácter descalificante). Así, Palermo arriba a una primera síntesis:

Propongo efectuar una revisión de los criterios ordenadores del sistema literario argentino y del campo mismo de la “literatura” en tanto tipos textuales que lo conforman (…) y de una crítica que privilegie los problemas que se sitúan en la articulación entre sociedad y literatura.

Uno de los modos de reordenar el sistema literario argentino es interrelacionarlo con el contexto latinoamericano (también es propuesta de los estudios geoculturales) y correr a un lado (o más bien contrastar) con el dominio europeo en la cosmópolis porteña y su influencia en los modelos canónicos del sistema oficial de enseñanza.

Para Palermo, el contexto latinoamericano va más allá del modernismo de Rubén Darío y de boom narrativo de los ’60, a los que considera también como homogeneizadores, es decir como procesos canonizados que no permiten ver la riqueza y variedad de la literatura del “sudcontinente”.

 

Entonces, según Palermo, se hace necesario borrar las conceptualizaciones de la palabra “región”, vaciar este lexema de toda su carga semántica previa y de resemantizarla. ¿Cómo hacerlo?, a través de distintos criterios simultáneos del “espacio intelectual” y de “diversas 
esferas disciplinares”.


Enumerará, entonces, cinco categorías de análisis cuyo entrelazamiento y puesta en práctica permitiría realizar proyectos de investigación renovadores sobre la literatura argentina.

1. Espacio semiótico: significa observar una relación dialéctica y dinámica de “las prácticas sociales” sociales desarrolladas en un espacio determinado.

2. Espacio subjetivo: significa eliminar la subjetividad del investigador sobre el mismo objeto que estudia. Comenta Palermo: “la carga semántica del constructo región literaria ha quedado resentida por la defensa acalorada de los escritores no metropolitanos desde su propio lugar de producción en el ámbito latinoamericano”, que terminan repitiendo expresiones como “la región vivida” o “pinta tu tierra y pintarás el mundo”, con lo cual -en definitiva- se termina convalidando el proyecto hegemónico y ordenador metropolitano.

3. Espacio “objetivado”: permitiría mayor claridad operativa sobre el corpus de estudio. Significa relativizar el “sentimiento de pertenencia que se consolida desde las tradiciones localistas en el ámbito del trabajo intelectual” y construir corpus textuales leídos “como prácticas socioculturales e ideológicas” relacionados con procesos históricos. De esta manera se evitaría caer en las “modas” vinculadas a las vanguardias europeas (deconstruccionismo, posmodernidad) y hacer emerger los “estadios discursivos propios de las diversidades culturales de los espacios interiores” argentinos.

4. Espacio de las formaciones socio-históricas:  significa tener en cuenta que cada “microespacio no metropolitano” mantiene un principio unificador respecto a los grandes procesos socio-históricos latinoamericanos (“tiempo largo”) y que

retrotrae la constitución de las regiones a épocas anteriores, no solo a las organizaciones nacionales, sino a los de la conquista española y portuguesa, [es decir, lograr], la vinculación a un pasado común, con problemas similares de supervivencia, explotación y núcleos de concentración de poder, lo que presupone también un perfil de expectativas compartidas.

5. Espacio preconfigurado: si bien una investigación, de acuerdo a este proyecto, partiría de un constructo previo (por ejemplo, literatura del NOA, de Cuyo, de Patagonia, etc.), luego se lo relacionaría “con corpus mayores -tanto nacionales como supranacionales- para finalmente llegar a construir criterios de región emergentes de las textualidades”.

Palermo intenta clarificar su episteme a través de su propio proyecto de estudio de la literatura del Noroeste Argentino (NOA) y sus fuertes contactos fronterizos con la cultura andina de Bolivia y Perú desde tiempos muy anteriores a la conquista española y al surgimiento de los estados nacionales. Por eso concluye que para la salud de su aventura intelectual “se hace necesario generar proyectos interregionales que se orienten a delimitar sus propios corpus de trabajo” y configurar así “otro perfil de las literaturas nacionales, supranacionales y sudcontinentales que den cuenta de la ‘totalidad contradictoria’ que configura esa producción”.

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Reseña

Zulma Palermo; “De cánones y lugarizaciones”; Literatura del Noroeste Argentino. Reflexiones e investigaciones. Vol II UNJu, UNSa, UNT, 2012: 63-75

 A casi veinte años del anterior trabajo, Palermo retoma los hilos del entramado centro / periferia como modelo que aún rige la crítica de la literatura argentina pese a los esfuerzos de distintos grupos de estudios y de intentos como la perspectiva crítica decolonialista (a la cual Palermo adhiere), de independizar el estudio cultural socio-histórico del “sudcontinente” de otras academias.

Luego de repasar el concepto clásico de canon (definido como "forma de regulación política de las prácticas discursivas mediante las que las culturas pueden pensar su pasado y proyectarse hacia un futuro posible"), se anima a preguntarse “cuál es el canon que pensamos cuando nos referimos a la formación de las literaturas “regionales”. Aunque primero hace algunas consideraciones sobre los nuevos ‘ropajes’ que viste el viejo paradigma de centro-periferia que se actualiza con las lecturas de las prácticas culturales de América Latina. Palermo sostiene que hay que desconfiar

de la fuerza penetradora de los medios masivos -eficaces multiplicadores del discurso político de la ideología del internacional capitalismo-, requiere de una atenta intervención crítica a los efectos de exponer los vínculos entre las estrategias de este nuevo poder y las condiciones desde las que propone categorías tan seductoras como multiculturalismo, hibridación, literatura oral, etnoliteratura, entre otras, desde las que el discurso académico lee y valora.

Desde su perspectiva ideológica, Palermo está más preocupada en revelar estos avatares de las políticas globales que avanzar en la formulación de su propia teoría con la cual mostrar otros caminos de los estudios literarios regionales.

Entonces se desplaza de la palabra 'región' a la palabra ‘lugar’ en un intento de reformulación académica y “dar valor a lo local no en el sentido de los regionalismos tradicionalistas persecutores de una esencia originaria de las identidades, ni de una correspondencia irreductible entre espacios “interiores” de otro mayor, el estado nacional, sino de la reconfiguración de los procesos por los cuales, en la cultura local, las subjetividades se han construido a través de narrativas dependientes de procesos de colonialidad específicos”.

Por ello la idea de ‘lugarización’ es otro intento de pensar la región. Ahora dice que hay que atender las subjetividades de una determinada comunidad y como esta recibe, procesa e interpreta lo que le llega de la globalización y sus nuevas categorías críticas. Una vez delimitadas y apartadas estas influencias será posible analizar “las historias de las artes en América Latina y, con ello, resignificar también la noción misma de “arte” a partir de originalidades alternativas”.

Este dejar a un lado la 'diferencia colonial' llevará a producir "una crítica interna efectiva desde las posibilidades de la propia producción intelectual y material, como una estrategia de crecimiento y de creatividad. Se trata de reinscribir esas textualidades ignoradas -más allá del canon o por fuera de él- para generar otra historia del/las arte/s en América Latina en su diversidad"

En definitiva, lo que propone es que no solo se lean las producciones de escritores regionales, sino que se elabore una posición crítica sobre ellos a partir de sus circunstancias o condiciones de producción. Esto involucra la parte letrada y también otro tipo de expresiones lingüísticas, no solo de ficción, tal como lo refiere en el anterior documento analizado. Los estudios literarios deberían caracterizar sus propias periodizaciones, sus diferenciaciones, y su propia presencia o entramado en la historia literaria canonizada de un país. La búsqueda es encontrar una fluencia de igualdad en la consideración de las literaturas no consagradas. Todo ello sin perder el marco ideológico de lucha emancipatoria del “sudcontinente”. Es decir, Palermo sueña con involucrar los estudios literarios en las luchas por la igualdad política, social, de género, de soberanía, en la contemporaneidad y lograr una simetría y no un subordinamiento al canon y a las políticas culturales globalizadas.



 



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